Hoy nuestras mineras puebleñas nos han abierto, de par en par, las puertas de sus casas.
Porque sin ellas esta aventura estaría incompleta, porque no hace mucho a todas nos unía la mina, su estabilidad, su intranquilidad, miedo y respeto.
Porque sin ellas esta aventura estaría incompleta, porque no hace mucho a todas nos unía la mina, su estabilidad, su intranquilidad, miedo y respeto.
Porque cada una de ellas fue, es y será MUJER del minero.